Dra. Martha García.

Los trastornos del desarrollo intelectual (TDI) son un conjunto de síndromes y trastornos caracterizados por limitaciones significativas de las funciones cognitivas, así como dificultades en el comportamiento adaptativo y en diversas áreas del aprendizaje. También se denominan comúnmente como personas que viven con discapacidad intelectual.

Las estrategias de rehabilitación de las personas con TDI, están encaminadas en la adquisición de competencias y destrezas para el logro de una vida independiente y en conjunto su inclusión social. Sin embargo, estas intervenciones no consideran todos las necesidades y retos que las personas con TDI enfrentan a diario; por ejemplo, la necesidad de relaciones íntimas, expresión sexual, identidad sexual, entre otras.

Si tomamos la definición de salud sexual, propuesta por la Organización Mundial de la Salud, la define como “un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia”.

Las personas con alguna discapacidad y en particular las personas con TDI, están condicionadas a un panorama de discriminación y estigma social, donde encuentran barreras importantes para poder ejercer sus derechos sexuales y reproductivos, como cualquier otra persona.

Es importante reconocer que la sociedad forma parte de este componente de discriminación al tomar actitudes basadas en desconocimiento, prejuicios y mitos entorno a las personas con TDI.

Las mujeres que viven con TDI enfrentan mayor riesgo de ser víctimas de violencia sexual. Aproximadamente una de cada tres adultas con TDI sufre abuso sexual. Además de que tienen menos probabilidades de denunciarlo, también tienen menos probabilidades de que les crean.

Los TDI pueden afectar la capacidad de comunicación, la comprensión de situaciones sociales y la capacidad para reconocer y denunciar abusos. Esto hace que estas mujeres sean particularmente susceptibles a la explotación sexual y al abuso.

Diversas investigaciones han destacado varios aspectos clave sobre los determinantes que las condicionan a un mayor riesgo de violencia sexual:

  • Vulnerabilidad: Las mujeres y niñas con TDI pueden tener dificultades para comprender los límites personales y reconocer las situaciones de riesgo. Esto las hace más susceptibles a ser objeto de abuso por parte de cuidadores, familiares o personas en su entorno.
  • Grado de severidad: A mayor grado de severidad de discapacidad intelectual, incrementa más su riesgo de sufrir violencia, en particular la sexual. Ya que las mujeres con TDI severa o profunda no pueden hablar, esto dificulta su capacidad de denunciar.
  • Dependencia: Dependiendo de la severidad del TDI, la dependencia de cuidadores y la falta de autonomía pueden dificultar la denuncia de abusos. El miedo a represalias o la preocupación por perder apoyo pueden llevar a las mujeres con TDI a mantener en secreto los incidentes de violencia sexual.
  • Comunicación Limitada: Las barreras en la comunicación, como dificultades para expresar sus experiencias o para entender las preguntas, pueden dificultar la recopilación de información precisa sobre los incidentes de violencia sexual.
  • Falta de Educación Sexual: Las mujeres con TDI pueden recibir una educación sexual limitada, basada casi siempre en la higiene, pero no desde la comprensión del consentimiento y límites, lo que dificulta su capacidad para reconocer situaciones de abuso.
  • Apoyo Inadecuado: La falta de programas de apoyo específicos y recursos accesibles puede limitar la capacidad de estas mujeres para buscar ayuda y recuperación después de sufrir violencia sexual.

Es importante crear estrategias de prevención para reducir el riesgo en las mujeres con TDI y particularmente crear estrategias de vigilancia para las que están condicionadas a un mayor riesgo y no pueden comunicarlo.

Para abordar esta problemática, es esencial una mayor conciencia y educación sobre las niñas y mujeres con TDI y el cómo están condicionadas a un mayor riesgo de sufrir violencia. Así como la implementación de políticas y programas que promuevan la protección, el apoyo y el acceso a la justicia para esta población.

REFERENCIAS

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Soy feminista, médica de formación y tengo la Maestría en Ciencias en Epidemiología con énfasis en Salud Sexual y reproductiva. Aprender y enseñar son mis grandes pasiones.

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