Psp. Mariana Ibarzábal.
Los tipos de apego son categorías que describen los patrones de comportamiento y las respuestas emocionales que se desarrollan en las relaciones tempranas entre los niños y sus cuidadores. Estos tipos de apego fueron propuestos por el psicólogo y psiquiatra británico John Bowlby en la década de 1950.
Bowlby realizó investigaciones pioneras sobre la importancia del vínculo afectivo en el desarrollo infantil y cómo las experiencias tempranas moldean la forma en que nos relacionamos a lo largo de nuestras vidas.
Los principales tipos de apego identificados son: seguro, evitativo, ambivalente y desorganizado.
El apego seguro se caracteriza por la confianza y la seguridad en la relación con los cuidadores, lo que permite a los individuos explorar el mundo de manera independiente y buscar apoyo cuando se sienten inseguros.
El apego evitativo se manifiesta en la tendencia a evitar la intimidad emocional y la dependencia en las relaciones. El apego ambivalente se caracteriza por la búsqueda de cercanía y afecto, pero también por la ansiedad y la preocupación constante por el rechazo o el abandono.
Por último, el apego desorganizado se refiere a una mezcla de comportamientos contradictorios y confusos, a menudo asociados con experiencias traumáticas.
La importancia de comprender los tipos de apego radica en que estos patrones influyen en nuestras relaciones a lo largo de la vida.
Los tipos de apego establecidos en la infancia pueden tener efectos duraderos en nuestra capacidad para formar relaciones saludables y satisfactorias en la edad adulta. Reconocer y comprender nuestros patrones de apego puede ayudarnos a desarrollar relaciones más seguras, a establecer límites saludables y a trabajar en la sanación de traumas emocionales.
Además, los estudios sobre los tipos de apego han destacado la importancia del cuidado y el apoyo emocional en la infancia para el desarrollo saludable y el bienestar a lo largo de toda la vida.
Las mujeres podemos trabajar en nuestro tipo de apego para mejorar nuestras relaciones interpersonales al ser conscientes de nuestros patrones de apego y cómo estos afectan nuestra forma de relacionarnos con los demás.
El primer paso es realizar una autoevaluación reflexiva para identificar qué tipo de apego predomina en tu vida. Esto implica examinar las creencias, emociones y comportamientos que surgen en las relaciones cercanas.
Una vez identificado el tipo de apego predominante, es importante buscar apoyo y herramientas adecuadas. La terapia psicológica, como la terapia de apego, puede ser especialmente útil para trabajar en la comprensión y transformación de los patrones de apego.
A través de la terapia, las mujeres pueden explorar las experiencias pasadas que han influido en su apego, desarrollar una mayor autocompasión y aprender estrategias para establecer límites saludables, comunicarse de manera efectiva y gestionar la ansiedad o la evitación emocional.
Además, es crucial desafiar los estereotipos y roles de género arraigados en la sociedad. Las mujeres pueden empoderarse al establecer relaciones basadas en la igualdad, el respeto mutuo y la autonomía emocional.
Esto implica comunicar claramente sus necesidades y deseos, así como también estar dispuestas a escuchar y validar las necesidades de los demás. Trabajar en el desarrollo de una imagen de sí mismas independiente y fortalecida, fomentando una relación sana con una misma, también es esencial para mejorar las relaciones interpersonales.
Existen tipos de apego que pueden hacerle daño a una persona. Los patrones de apego inseguro, como el apego evitativo o el apego ambivalente, pueden generar dificultades en las relaciones interpersonales y afectar negativamente el bienestar emocional.
El apego evitativo, caracterizado por evitar la intimidad emocional y la dependencia, puede llevar a la desconexión emocional y a la dificultad para establecer relaciones cercanas y significativas. Esto puede resultar en sentimientos de soledad y aislamiento.
Por otro lado, el apego ambivalente, que se caracteriza por la ansiedad y la preocupación constante por el rechazo o el abandono, puede generar inseguridad y dependencia excesiva en las relaciones.
Las personas con este tipo de apego pueden experimentar altibajos emocionales y dificultades para confiar en los demás. Esto puede llevar a relaciones tóxicas o insatisfactorias, donde se busca de forma desesperada la validación y el afecto de los demás.
Es importante tener en cuenta que estos patrones de apego inseguro no son inamovibles y pueden trabajarse a través de la terapia y el crecimiento personal.
Reconocer los patrones de apego dañinos es el primer paso para buscar ayuda y trabajar en la sanación emocional, establecer límites saludables y desarrollar relaciones más satisfactorias y equilibradas.
Referencias
Ainsworth, M. D. S., Blehar, M. C., Waters, E., & Wall, S. (1978). Patterns of attachment: A psychological study of the strange situation. Psychology Press.
Acerca del autor
Mariana Ibarzábal
Psicopedagoga que busca educar e informar desde una perspectiva feminista. Me apasiona investigar sobre los trastornos del neurodesarrollo y de aprendizaje en mujeres porque desafortunadamente las mujeres somos muy poco estudiadas y es algo que debe cambiar.