Abigail Bolaños.
En México, los días seis de enero de cada año, se acostumbra la llegada de los “Reyes Magos”. Una costumbre traída principalmente desde las épocas de la colonización por los españoles y la religión católica, la cual es de las más predominantes en Latinoamérica.
Si bien, la mayoría de las costumbres latinoamericanas tienen tintes religiosos, este día se caracteriza por los tan esperados regalos de los Reyes Magos y el deleite de la tradicional rosca de reyes, que no es más que un pan en forma circular con muñecos que representan al “Niño Dios” en la parte interna, en donde a la persona que le toque este pequeño objeto es acreedora de “bendiciones”, pero sobre todo de llevar tamales el dos de febrero, celebrando el día de la Candelaria.
Los regalos para las niñas y los niños en cambio, representan aquellos regalos que en esta mitología los Reyes Magos llevaron en ofrenda al Niño Dios en su nacimiento.
Sin duda, esta tradición trae mucha alegría, sin embargo, es esencial hablar de lo que hay detrás de esos regalos que ostentosos o no, representan un gran sacrificio principalmente para las madres.
Tan solo en México, en las últimas dos décadas la proporción de madres autónomas ha aumentado un 60%, alcanzando los cuatro millones en el país y en el resto de América Latina y el Caribe la región presenta la mayor tasa de hogares monoparentales del mundo, con un 11%, de los cuales la mayoría son encabezados por mujeres.
Esta situación implica que muchas mujeres asumen solas la responsabilidad económica y emocional de sus familias, la mayoría sin apoyos gubernamentales o sociales.
Algunos de los principales problemas de desigualdad en México, Chile y Argentina son:
México.
La participación de las mujeres en la fuerza laboral ha aumentado en las últimas décadas. Entre 1990 y 2019, la tasa de participación femenina se incrementó en 11.8 puntos porcentuales, pasando de 35.3% a 47.1%
Sin embargo, las mujeres enfrentan desafíos significativos en términos de pobreza laboral. Un estudio reciente indica que los hogares con “madres solteras” tienen una mayor incidencia de pobreza laboral en comparación con aquellos con una figura masculina presente, a pesar de que las mujeres estén trabajando jornadas iguales o mayores a los hombres.
Por otro lado, en 2024, se reportó que el 36.1% de las mujeres ocupadas en el trabajo doméstico remunerado eran jefas de hogar. Además, el 96.3% de estas mujeres laboraban en condiciones de informalidad, lo que implica falta de acceso a prestaciones sociales y condiciones laborales precarias.
Esto, sin contar todos aquellos trabajos informales en los cuales muchas madres autónomas deciden emplearse pese a las malas condiciones principalmente por falta de apoyo al cuidado de sus hijas e hijos.
Chile.
En Chile, los hogares monoparentales con madres autónomas presentan una mayor incidencia de pobreza. Específicamente, el 22.8% de estos hogares se encuentran en situación de pobreza, en comparación con el 11.7% de los hogares monoparentales con padres presentes económicamente.
Además, la participación de las mujeres en el mercado laboral ha mostrado avances, pero persisten brechas significativas. Las mujeres jefas de hogar se ubican principalmente en las categorías de asalariadas y trabajadoras por cuenta propia, enfrentando desafíos en términos de equidad salarial y acceso a empleos de calidad, mientras que los hombres aún estando presentes económicamente con sus hijas e hijos, presentan un mayor nivel de oportunidades laborales y académicas que permiten su desarrollo profesional, económico y personal.
Argentina.
En Argentina por su parte, las mujeres jefas de hogar en situación de pobreza tienen un promedio de edad de 45 años, mientras que aquellas fuera de situación de pobreza presentan un promedio de 53 años. Esto indica una mayor vulnerabilidad económica entre las mujeres más jóvenes que asumen la responsabilidad completa del hogar.
Además de enfrentar menores tasas de participación en el mercado laboral y mayores tasas de desempleo en comparación con los hombres. Por lo que también suelen estar sobrerrepresentadas en sectores de menor remuneración y con alta informalidad, lo que contribuye a la persistencia de la pobreza entre las madres autónomas.
A pesar de no haber cifras exactas que nos indiquen el índice de regalos entregados y recibidos en estas familias, la experiencia misma nos dice que hasta el regalo más austero significó un sacrificio mayor de una madre autónoma.
Estos sacrificios se perpetúan a través de un sistema desigual hacia las mujeres, que nos atraviesa a todas siendo madres o sin tener hijos, en el que las oportunidades laborales son más limitadas por machismo, por falta de desarrollo y apuesta en el talento de las mujeres, así como de la educación.
Nunca me cansaré de decir que no es coincidencia que más del 85% de las direcciones empresariales y gubernamentales están dirigidas por hombres, y por ende, sus políticas, procesos, e incluso cultura está permeada de un desconocimiento fatal de la realidad de las mujeres, tanto a nivel corporal (trabajos en donde deban ir maquilladas, con cierto tipo de prendas o calzados o la menstruación), como a nivel social (la maternidad, las desigualdades sociales, etc).
Además, cabe destacar que no solo el índice de padres ausentes cada día es mayor, sino que la aceptación de estos hombres sin responsabilidad afectiva y/o económica es cada vez más normalizada en la sociedad.
Pareciera que no influye la irresponsabilidad de los hombres en lo absoluto, siendo este acto algo completamente ignorado y pasado por alto, a diferencia de las madres autónomas o incluso el juicio a aquellas que deciden desistir de esta responsabilidad, siendo criticadas, aisladas y juzgadas en todos los ámbitos posibles.
Entonces, mientras ellos abandonan afectiva y/o económicamente a sus hijas e hijos, continúan trabajando, haciendo arte, escribiendo, haciendo deporte o cualquier actividad con plenitud y tranquilidad sin ninguna consecuencia, y como si fuera el destino, las madres autónomas deben aceptar un rol impuesto de cuidados, tiempo y economía a completa disposición de las crías, porque de no hacerlo la sociedad «las apesta».
No podemos romantizar el arduo trabajo de las madres autónomas sin señalar las omisiones de cuidados y aportación económica de los padres. La irresponsabilidad de los padres abandónicos también es violencia.
Aquí te dejo un gran ejemplo de esto.
Así que, si existen seres increíbles que resisten a un sistema que no está hecho para ellas y dan lo mejor de sí pese a las adversidades, esas son las Reinas Magas y nombrarlas a ellas y a su gran esfuerzo sobre el de cualquier hombre promedio también es político.
Referencias:
Banco Interamericano de Desarrollo. (2023). Las dificultades de ser madre soltera en América Latina y el Caribe. Recuperado de https://blogs.iadb.org/ideas-que-cuentan/es/las-dificultades-de-ser-madre-soltera-en-america-latina-y-el-caribe/
Instituto Nacional de las Mujeres. (2023). Las madres en cifras. Recuperado de https://www.gob.mx/inmujeres/articulos/las-madres-en-cifras
ONU Mujeres. (2019). El progreso de las mujeres en el mundo 2019-2020: Familias en un mundo cambiante. Recuperado de https://www.unwomen.org/sites/default/files/Headquarters/Attachments/Sections/Library/Publications/2019/POWW-2019-Fact-sheet-Latin-America-and-the-Caribbean-es.pdf
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (2023). Las voces de las mujeres rurales en América Latina y el Caribe. Recuperado de https://www.undp.org/sites/g/files/zskgke326/files/2023-09/mujeres_rurales_final_sept.pdf
Ramírez Ramírez, L. N., Ibañez Reyes, L., & Arvizu Reynaga, A. V. (2021). Madres universitarias: narrativas en torno a la experiencia de ser estudiante en pregrado. GenEros, 29, 109-138. Recuperado de https://sistemas3.ucol.mx/revistageneros/content/contenidos/GenEros_29_Articulo_5.pdf
Acerca del autor
Abigail Bolaños
Comunicadora inconforme y activista feminista.
Soy licenciada en Ciencias de la Comunicación y actualmente estudio una Maestría en Administración, dedicándome al Desarrollo Humano en el ámbito empresarial. Me encanta el estudio de la teoría feminista y la práctica colectiva por vidas dignas para todas las mujeres.
Dentro de mis varios trabajos, coordino Entérate Mujer, soy capacitadora y gestiono proyectos sociales que promueven los DDHH, la educación, así como la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres.