Abigail Bolaños.

Sin afán de “spoilear”, el día de ayer mi di a la tarea de comprar un boleto de cine y sumergirme en la película más esperada del año. Por bastante tiempo, estuvimos a la espera del estreno de Barbie, aumentando con los meses, el nivel de expectativas y emoción por saber qué giro tendría uno de los personajes más icónicos en la historia de los juguetes, que ha tenido mayor impacto en las niñas.

Aunque fue anunciada en 2014, sufrió innumerables cambios en su dirección y en su actriz protagonista. Según Vogue, primero fue Jenny Bicks, guionista de Sexo en Nueva York, la que se iba a encargar de la película; después, Amy Schumer se pondría a las órdenes de Diablo Cody; más adelante fue Anne Hathaway la actriz que se postuló para el rol, aunque el proyecto quedó en stand by.

Margot Robbie es quien finalmente protagonizó el proyecto cinematográfico dirigido por Greta Gerwig, quien es conocida por dirgir obras como “Hannah sube las escaleras”, “Frances Ha”, “Lady Bird”, “Mujercitas”, entre otras.

Greta lleva mucho tiempo defendiendo la voz de las mujeres a través de críticas sociales y narraciones sutiles pero reflexivas, a través de sus obras. Mujercitas es un claro ejemplo de ellos, inspirada en la novela clásica con el mismo nombre, que ha demostrado gran habilidad llevando mensajes con tintes de liberación femenina.

¿Instrumento de opresión a las niñas o influencia positiva?

Uno de los temas fundamentales que trata la película justamente, es la fuerte influencia que tienen las niñas a través de sus juguetes. En este caso, hablar de Barbie puede significar por una parte el refuerzo de los estereotipos de belleza y feminidad, como por la otra; de superación personal y profesional.

En 1945, cuando Barbie nació, la mayoría de los juguetes dirigidos a las niñas eran muñecos bebés. Es decir, incentivaban la maternidad y la crianza como fin último de las mismas, además de perpetuar la idea de que el futuro de las mujeres estaba en casa, cuidando del hogar y de los hijos e hijas.

Ruth Handler -la creadora de Barbie- notó que mientras su hijo tenía muñecos de pilotos, bomberos o policías, en el caso de su hija las opciones se reducían a ser mamá o cuidadora. Decidió entonces crear una muñeca que mostrara a las niñas que «podían ser lo que quisieran«, según la página de internet de Mattel.

Así pues, este personaje nació del deseo de dar a las niñas algo más. Era una muñeca que en un principio tenía su propia carrera como modelo. Que las niñas pudieran jugar con ella mientras se imaginaban a sí mismas en el futuro, fuera este como fuera, era la idea angular de la marca Barbie.

Primer Barbie de 1945

Sin embargo, no podemos dejar de lado que al ser en sus orígenes una muñeca blanca, rubia, con un cuerpo extremadamente delgado y curvilíneo, ojos claros, y básicamente con rasgos caucásicos; ha fomentado también una “imagen perfecta” de las mujeres, basada en estereotipos y completamente alejada de la realidad.

Y es que, los juguetes son mucho más que simples objetos inanimados. A través de los juegos, las pequeñas imitan las normas sociales y adoptan mensajes sutiles acerca de los roles de género; así, juguetes aparentemente adecuados pueden transmitir toda clase de estereotipos.

En el caso de las muñecas, debido a que presentan reflejos de figuras humanas, tienen un impacto relevante en cuando a la manera en la que se establecen imágenes predeterminadas de la apariencia de las mujeres.

Un ejemplo de este impacto, son los estudios realizados en la década de los treinta por Kenneth y Mamie Clark, donde demostraban cómo las niñas racializadas preferían, con frecuencia, jugar con muñecas blancas en lugar de negras, ya que se consideraba que las primeras eran más bonitas. Esto no era más que el reflejo de la interiorización de este tipo de sentimientos como consecuencia del racismo.

El cuerpo de estas muñecas responde a modelos sociales de belleza, y al identificarse con él, la niña puede compensar con su fantasía, y a través de la identificación, ciertos déficits reales o imaginarios, de su propio cuerpo

Andrea Noval.

Es decir, las niñas se sentirán menos conformes con su imagen corporal- entendida como la representación mental que tiene de su figura, forma y tamaño (Slade, 1994)- cuanto menos se ajuste al estereotipo establecido.

¿Pero por qué entonces la relacionan con el feminismo? Calma, que aún no terminamos de desmenuzar todo este nudo de estambre que significa Barbie.

En 1961 llegó el novio de Barbie; Ken (que tendrá un papel importante en la película), y muy pronto comenzaron a salir más ediciones de la familia de esta muñeca, como sus hermanas, amigas, e incluso hijas e hijos, siendo en 1968 el año en el que se lanza Christie; amiga afroamericana de Barbie y una de las primeras muñecas negra en USA.

Hasta 1980 la ya muy famosa Barbie había tenido amigas de diversas nacionalidades y orígenes, pero ese año Mattel puso a la venta la primera Barbie afroamericana, que luce un pelo corto, así como la primera Barbie hispana, de cabello negro, falda roja y blusa blanca.

Barbie hispana 1980

Con los años, la marca se fue adaptando no solo a las nuevas generaciones y a las tendencias que fueron albergando al mundo, sino que tuvo que evolucionar a la par de los derechos de las mujeres, sus exigencias, críticas y mentalidades enfocadas mayormente a las ideas de la equidad de género (no del feminismo, porque eso “se come a parte”).

Fue a finales de los años noventa e inicios de los dos mil, que se popularizaron las Barbies abogadas, nadadoras, médicas, dentistas, veterinarias, periodistas, astronautas, químicas y todas las profesiones que pudiera haber.

Esto desde luego le sumó muchos puntos a esta muñeca, ya que, fue inspirando a millones de niñas a “ser lo que quisieran ser”, promoviendo a las niñas el desarrollo y “empoderamiento” sin importar el color de piel, aunque sin eliminar del todo la extrema delgadez que la caracteriza.

Colección de Barbies Profesionistas.

Ahora sí, sobre la película…

Como lo mencioné antes, Greta Gerwig tiene la capacidad de generar análisis y reflexión de maneras muy sutiles hacia temas bastante complejos, y esta película es un claro ejemplo de ello.

En esta versión, la Barbie protagonista juega un papel estereotipado de la misma (y ella lo menciona en varias ocasiones). Encontramos un mundo lleno de Barbies; todas ellas siendo la misma, pero diferentes, diferentes profesiones, características físicas, etc, pero al fin todas “Barbie.”

En un mundo de Barbies donde ella lo son todo, en esta película, los hombres representados en Ken son personajes secundarios, básicamente accesorios de las mismas Barbies. En donde la razón de ser de ellos, es que ellas los tomen en cuenta hasta en lo más mínimo.

Aunque pudiera decir que ese mundo imaginario se vive un “matriarcado”, porque es un mundo por y para ellas, en donde sus vidas parecen perfectas entre mujeres. No existe el acoso, no existe la violencia y mucho menos los roles de género; sí continúa la feminidad como imposición, en donde todas tienen que lucir y ser perfectas, por lo que desde mi óptica, ni si quiera en la imaginación de Barbie es un matriarcado.

Ahora bien, bajo este contexto, la película se desenvuelve a través de una serie de eventos que vuelven a la protagonista menos “perfecta”, desencadenando aventuras que la llevan al mundo real, en donde se encuentra con los obstáculos que viven las mujeres día a día.

Sin duda hay varias críticas a varios temas, y como no quiero hacer spoilers, aquí los enumeraré:

1.- Estereotipos de belleza y feminidad. – La película destaca la realidad en la que las Barbies están hechas a la medida de la feminidad, literalmente. Sus pies no son planos como las humanas, sino “de puntitas” y delgados, adaptados a calzado con tacón. Sus cuerpos son mayormente delgados, y todas deben lucir “perfectas”, por lo que no una, sino varias veces se hace mención de esto, haciendo críticas hacia la imposición de la feminidad.

También se habla de las mujeres con crisis existenciales, que no viven en un mundo perfecto ni color de rosa, así como de las que cuestionan la feminidad o el orden establecido, saliéndose del patrón y siendo ridiculizadas y rechazadas en la sociedad por no cumplir los mandatos patriarcales.

2.- Capitalismo. – También se hace crítica a la forma en la que las empresas, en este caso Mattel, pueden vender cualquier cosa sin importar los cuestionamientos morales o sociales, con tal de ganar dinero. Es decir, no es que las empresas no sepan que sus productos refuerzan estereotipos de género, de belleza o fomenten la violencia (como es el caso de las armas de juguete), sino que mientras esto tenga aceptación y genere ingresos, ellos lo seguirán vendiendo en grandes masas.

3.- Los hombres “deconstruidos”. – Honestamente, cada vez que se hacía crítica a este tema, una carcajada mía resonaba en la sala. Fue genial como Gerwig representó la actitud de los hombres en la actualidad ante un mundo con mujeres que desafían el sistema, en donde exactamente como en la vida real, encontramos hombres que “no son machistas”, pero que se apropian de los espacios de las mujeres, las desplazan, las violentan, manipulan, las minimizan, menosprecian, utilizan, etc. Todo eso de la manera más sutil, navegando con la bandera de hombres deconstruidos.

“Soy un hombre deconstruido, sé que llorar no representa una debilidad”.

Ken.

“¡Las mujeres son los cimientos de esta compañía! En sus inicios hubo una directora ejecutiva, luego otra, que no recuerdo cómo se llamó, pero… vengo de una madre mujer y de una tía mujer…”

Director de Mattel.

4.- La existencia del patriarcado. – Toda la película se trata de una sátira del mundo real, patriarcal. Iniciando porque las mujeres hemos tenido que luchar por estudiar y básicamente obtener los derechos que tenemos hoy y el lugar que ocupamos en el sistema, también habla de amor romántico y si lo ves desde un punto más radical; de la heterosexualidad obligatoria y cómo es que las mujeres somos manipuladas y convencidas de amar y servir a los hombres por sobre todas las cosas, dejando a un lado y olvidando quienes somos en la individualidad.

Deja muy claro que prácticamente todo lo criticado está relacionado a la opresión de un sistema hecho por y para hombres. “No es que ya no exista el patriarcado, es que ahora lo hacemos más discreto”.

5.- Sororidad; somos las mujeres quienes salvamos a otras mujeres. – Debo admitir que al ver Barbieland, me dieron ganas de estar ahí. En el patriarcado, tal como se representó en la película, somos las mujeres quienes hemos creado a través de la historia planes que han buscado desde el sufragio femenino, hasta la legalización del aborto. Y no solo en lo colectivo, sino también en lo individual.

Si somos analíticas, podemos detectar momentos claves en nuestra vida en donde hemos vivido crisis importantes, emergencias o situaciones dolorosas en las que siempre ha habido una mujer para ayudarnos, acompañarnos y entendernos.

Somos nosotras que tal como en la película, buscamos hacernos entrar en razón. Que cuestionamos el orden establecido, nos organizamos, teorizamos y buscamos alternativas en donde encontremos justicia, seamos nombradas y dignificadas.

En este sentido, aquí te dejo el monólogo de América Ferrera en la película:

Es literalmente imposible ser mujer. Eres muy hermosa e inteligente y me parte el alma que no creas ser suficientemente buena. Es como si siempre tuviéramos que ser extraordinarias, pero de algún modo, siempre lo estamos haciendo mal.
Tenemos que ser delgadas, pero no demasiado.

No puedes decir que quieres ser delgada, sino que debes decir que quieres un peso sano, pero sí tienes que estar delgada. Tienes que tener dinero, pero no puedes pedir dinero, porque eso sería grosero. Debes ser jefa, pero no puedes ser dura. Debes liderar, pero no puedes aplastar las ideas ajenas.
Tienes que amar ser madre, pero no hables de tus hijos todo el tiempo.

Tienes que ser una profesional, pero al mismo tiempo, siempre cuidar a todos los demás. Tienes que responsable de la mala conducta de los hombres, lo que es de locos, pero si haces notar eso, se te acusa de ser una quejumbrosa.
Tienes que mantenerte bonita para los hombres, pero no tan bonita para como para tentarlos y amenazar a otras mujeres porque se supone que debes ser parte de la sororidad.

Siempre tienes que destacar y siempre ser muy agradecida. Pero nunca olvides que el sistema está arreglado, pero encuentra la forma de ser agradecida. No debes envejecer nunca, nunca ser grosera, nunca presumir, nunca ser egoísta, nunca fracasar, nunca tropezar, nunca mostrar miedo, nunca ser impertinente.

Es muy difícil y es demasiado contradictorio y nadie te da una medalla o te dice gracias. Y resulta que no solo estás haciendo todo mal, sino que todo es tu culpa.

Ya me cansé de verme a mí misma y cada una de las mujeres del mundo hacer hasta lo imposible para que los demás nos quiera

En conclusión.

Desde mi punto de vista, Barbie como marca y producto no es feminista. Hace falta mucho más que pensar que el “empoderamiento” nos va a llevar a la liberación, sin embargo, debo decir que la película no solo me sacó carcajadas a causa de los Ken, sino varias lágrimas al sentirme identificada con la mayoría de las emociones experimentadas por cada una de los personajes, así como con el final tan emotivo.

La película de Barbie no es referente del feminismo, puesto que va más enfocada a temas de la igualdad y equidad de género. Sin embargo, sí me parece un buen inicio para aquellas que se estén empezando a cuestionar la realidad en la que vivimos, además de reivindicar la que por años ha sido nuestro referente en la niñez.

Creo, que es una semillita de reflexión bastante digerible tanto para niñas como para adultas, y que estoy segura de que florecerá en cuestionamientos más estructurados y radicalizados en el futuro.

Que la revolución de Barbie sea un vehículo más para que genuinamente, las niñas sean lo que quieran ser, cuestionando el mundo en el que viven.

Una vez más gracias por leerme y estar aquí.

Te mando un abrazo.

Referencias:

Acerca del autor

Abigail Bolaños
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Comunicadora inconforme, activista feminista y escritora de sueños.

Soy licenciada en Ciencias de la Comunicación y especialista en capacitación. Me encanta estudiar teoría feminista y luchar colectivamente por una vida digna para todas las mujeres. Dentro de mis varios trabajos, coordino Entérate Mujer, imparto talleres para distintas organizaciones y gestiono proyectos sociales que promueven los DDHH, la educación, así como la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres.

Acerca del Autor

Abigail Bolaños

Comunicadora inconforme, activista feminista y escritora de sueños. Soy licenciada en Ciencias de la Comunicación y especialista en capacitación. Me encanta estudiar teoría feminista y luchar colectivamente por una vida digna para todas las mujeres. Dentro de mis varios trabajos, coordino Entérate Mujer, imparto talleres para distintas organizaciones y gestiono proyectos sociales que promueven los DDHH, la educación, así como la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres.

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