Valeria Rocha.
Freud abordó la envidia en términos de la relación entre sexos, sugiriendo conceptos como la «envidia del pene» en el desarrollo psicoanalítico de las mujeres. Aunque esta idea ha sido bastante debatida y cuestionada a lo largo de los años, es inevitable notar que esto reflejaba nada más y nada menos que una interpretación profundamente patriarcal de los deseos y emociones de las mujeres. (Rodríguez, 2020).
Hablando desde una psicología con perspectiva feminista, es decir, una psicología por y para mujeres, hablamos de esa “envidia” no como una carencia, sino como una expresión de las dinámicas de poder y alienación que el patriarcado impone sobre las mujeres, y con esto, darnos cuenta de que emociones como la envidia y los celos son construidas socialmente y reforzadas culturalmente para dividir a las mujeres.
Los celos y la envidia entre mujeres han sido representados y normalizados en la cultura patriarcal casi como si fueran inevitables y naturales entre nuestra relación con las otras.
Desde los cuentos infantiles hasta la narrativa de los medios de comunicación, se perpetúa la idea de que las mujeres competimos siempre entre nosotras, especialmente por la atención de hombres o por validación social.
No solo esto, la psicología tradicional también ha contribuido a perpetuar estas ideas al individualizar todo lo que conlleva y la experiencia de estas emociones, tratándolos como problemas psíquicos sin considerar el contexto social, cultural y político que los produce.
Por otro lado, desde un enfoque principalmente moral y religioso, los celos y la envidia han
sido condenados históricamente como emociones «pecaminosas» que deben ser reprimidas,
posicionándose como algo contrario a la virtud y la armonía social, reforzando la idea de
que son intrínsecamente malas.
Sin embargo, estas posturas han ignorado el verdadero
significado y funcionalidad que tienen estas emociones para señalar nuestras propias necesidades insatisfechas y deseos no reconocidos, es decir, más allá de nombrarlas como algo negativo o positivo, los celos y la envidia pueden funcionar como oportunidades para reflexionar sobre nuestras relaciones y el contexto que las produce, siempre y cuando se trabajen desde una mirada consciente, amable y sensible. Esto requiere despojarlas de su carga moral y entenderlas como mensajes que transmiten nuestra cuerpa sobre la relación que tenemos con nosotras mismas y con otras mujeres.
La envidia, por ejemplo, surge cuando deseamos algo que percibimos en otra persona y que sentimos inalcanzable para nosotras, mientras que los celos pueden estar ligados al miedo a la pérdida y al abandono. (Pinedo & Yáñez-Canal, 2020).
Sin embargo, al analizar este sentimiento desde una mirada feminista, podemos reconocer que lo que envidiamos no es realmente lo que creemos, sino que es todo aquello que nos ha enseñado el sistema que “necesitamos” o “deseamos”, como son la aprobación o atención masculina.
Por otro lado, de acuerdo con Chiara Zamboni “hay una enormidad que fascina, que en lo profundo asombra y nos cautiva. Nos pone fuera de nosotras por una resonancia que notamos en nuestro interior. Al fin y al cabo, la envidia es una admiración malograda, que no ha sabido seguir abriéndose. Y ahí se puede notar toda la ambivalencia de la envidia. Envidiamos a la otra porque hay en ella algo que nos lleva a dejarnos seducir. A salir de nosotras a por algo que nos transciende y que al mismo tiempo nos pertenece porque si nos atrae quiere decir que algo de nosotras asiente a ello”.
Es decir, la envidia nos mueve porque nos atrae algo que vemos en otra mujer y que hace sentido para nosotras, si captó nuestra atención, es porque algo en nosotras lo reconoce como propio. ¿desde qué lado vivimos y nos permitimos reconocer esa envidia?
Desde esta perspectiva, la superación de los celos y la envidia no radica en su negación o supresión, sino en la transformación de las condiciones que los producen. Esto implica un cambio radical en cómo las mujeres nos relacionamos entre nosotras y con nosotras mismas.
Algunas claves pueden ser las siguientes:
- Reconocer nuestras diferencias: aprender a vernos como sujetas únicas, con deseos y necesidades propios, nos permite alejarnos de las comparaciones y la competencia.
- Reapropiación del deseo: reconocer y honrar nuestros propios deseos y necesidades nos libera de la necesidad de buscar validación externa y de colocar cargas en otras mujeres
- Educación emocional feminista: aprender a relacionarnos con otras y nosotras mismas desde una mirada que busca el bienestar de las mujeres, nos ayudará a desaprender lo que la cultura masculina nos ha enseñado
- Apostar por una ética feminista: superar los celos y la envidia entre mujeres no es solo un acto personal, sino también político.
No es tu culpa haber sentido envidia o celos hacia ciertas personas u otras mujeres, hemos aprendido a silenciar todo lo que nos dice el cuerpo, hablando de emociones y lo que nos indican; por la cuestión social, nos han socializado desde la rivalidad desde que somos pequeñas, pero siempre es buen momento para desaprender y seguir cuestionando.
Referencias
Pinedo Cantillo, I. A., & Yáñez-Canal, J. (2020). Emociones básicas y emociones morales
complejas: claves de comprensión y criterios de clasificación desde una perspectiva
cognitiva. Tesis Psicológica, 15(2), 1-33. https://doi.org/10.37511/tesis.v15n2a11
Rodríguez, Sol. (30 de noviembre de 2020). Debates en torno a la envidia del pene: los
aportes feministas de Juliet Mitchell y Luce Iregaray. Facultad de Psicología – UBA,
Secretaría de Investigaciones, volumen XXVII.
https://www.psi.uba.ar/investigaciones/revistas/anuario/trabajos_completos/27/rodriguez.pdf
Valle, Candela. (15 de enero de 2020). La envidia de las mujeres: cómo entenderla y cómo
sanarla. DUODA: estudis de la diferència sexual, no. 58, pp. 74-90,
https://raco.cat/index.php/DUODA/article/view/369268.
Zamboni, Chiara. “Envidia y amor en la experiencia del más femenino”. DUODA: estudis de
la diferència sexual, no. 58, pp. 62-72,
https://raco.cat/index.php/DUODA/article/view/369267.
Acerca del autor
Valeria Rocha
Psicóloga y Terapeuta de Esquemas con experiencia en la práctica clínica, educativa y social, especializada en bienestar integral de las mujeres desde una mirada feminista. He impartido cursos de sexualidad y gestión emocional en México y Santiago de Chile. Articulista y tallerista en Entérate Mujer. Actualmente acompaño a mujeres en sus procesos de crecimiento y sanación a través de consultas virtuales.