Psic. Valeria Rocha.
Antiguamente (y la verdad tal vez un poco en la actualidad) se creía que las relaciones sexuales tenían como único fin la reproducción, sustentado principalmente en algunas doctrinas religiosas o países con educación en la sexualidad deficiente y una sociedad patriarcal que reprime, inculca miedo, vergüenza y culpa entorno al tema.
Sin embargo, con el paso de los años, esta idea se ha retirado cada vez más, aunque no en su totalidad. Incluso, podemos decir que en la actualidad existe una “libertad sexual” mucho más amplia, se habla de placer y erotismo en cuanto a la masturbación y relaciones sexuales, de disfrutar, experimentar y conocer; sin embargo, ¿podemos decir que nosotras hemos alcanzado esa satisfacción sexual?
Como es de esperarse, aún vivimos con bastantes limitaciones como mujeres (sobretodo heterosexuales) cuando se trata de una relación sexual en pareja, donde destaca una situación en particular que seguro a muchas les sucede: fingir orgasmos.
Aunque muchas conocemos algunas de las razones por las cuales esto llega a ocurrir, ya sea por experiencia propia o anécdotas de nuestras amigas, diversas investigaciones explican que (desafortunadamente) es un fenómeno muy común.
Un estudio en Estados Unidos reveló que el 58,8 % de las mujeres encuestadas informaron haber fingido un orgasmo alguna vez, indicando que sentían vergüenza al hablar sobre sexo con su pareja de manera explícita y menos probabilidades de explicar sobre lo que hace que el sexo sea más placentero para ellas.
Mientras que en Hungría, otro estudio informó dos razones principales por las que las participantes fingieron un orgasmo, donde el 78% de ellas lo hizo para evitar conflictos o para evitar sentimientos “negativos” en su pareja, y el 47% para complacer a su pareja. Aunque los números son altos, es bien sabido que la sociedad se ha construido en función de intereses masculinos sobre los nuestros.
Además de lo anterior, es importante mencionar que existe una parte del tema que está oculta, una pieza del rompecabezas que no se ha “conocido” por completo, pues la medicina patriarcal ha invisibilizado una cuestión fundamental de nuestra anatomía y fisiología, dejando en segundo plano un punto clave para el orgasmo femenino: el clítoris.
Por años este órgano ha sido ocultado por el sistema médico y educativo, respaldado principalmente por teorías sobre la sexualidad femenina de Sigmund Freud, pues en su obra «Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad» (1905) explica que el placer y el orgasmo femenino de una mujer madura y sana estaba centrado en la vagina, lo cual ha mantenido diversos mitos en torno al tema hasta la fecha. Incluso, acuñó el término “frigidez” a la falta de orgasmo vaginal como un tipo de trastorno o diagnóstico mental, redirigiendo la responsabilidad de esa ausencia hacia nosotras.
Mientras que, para 1968, en «El mito del orgasmo vaginal» (1968), Anne Koedt señaló que el orgasmo del clítoris es en realidad la única forma en que una mujer puede lograr un orgasmo verdadero.
Todo lo contrario a Freud, ya que, ella proponía que el alto grado de «frigidez femenina» se debe a la ignorancia de los hombres sobre la anatomía del orgasmo femenino y los impulsos que encierran a las mujeres en ciertos roles sociales y sexuales.
Por último, Anne Koedt nos brinda un excelente análisis sobre “¿por qué los hombres mantienen el mito?” (1994, pp. 487) el cual les compartimos a continuación, pues nos sirve de reflexión importante en cuanto al origen del tema:
- Los hombres tienen preferencia por la penetración sexual, pues el mejor estimulante
físico para el pene es la vagina de una mujer.
- Han escogido definir a las mujeres sólo en términos de cómo han beneficiado sus
vidas, negando nuestra existencia como seres totales o separados. - El pene como epítome de la masculinidad: los hombres definen su vida
principalmente en términos de masculinidad, tomando el clítoris como amenaza
directa. - Los hombres temen llegar a ser sexualmente prescindibles si la vagina es sustituida
por el clítoris como el centro de placer para las mujeres. - Les brinda control sexual sobre nosotras.
- Miedo a que las mujeres encuentren la compañía de otras mujeres, amenazando el
sistema heterosexual.
Es momento de cuestionar los tabúes y mitos en cuanto a nuestra sexualidad. Poner el placer de los demás por encima del nuestro puede traernos consecuencias importantes, nuestra salud y satisfacción sexual también importan.
Y tú, ¿alguna vez has fingido un orgasmo?
Referencias
Herbenick, D., Eastman-Mueller, H., Fu, Tc. et al. (2019). Women’s Sexual Satisfaction,
Communication, and Reasons for (No Longer) Faking Orgasm: Findings from a U.S.
Probability Sample. Arch Sex Behav 48, 2461–2472 (2019).
https://doi.org/10.1007/s10508-019-01493-9
Hevesi, K., Horvath, Z., Sal, D., Miklos, E., & Rowland, D. L. (2021). Faking Orgasm:
Relationship to Orgasmic Problems and Relationship Type in Heterosexual Women. Sexual
Medicine, 9(5), 100419. Recuperado de
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2050116121000994
Koedt, Anne. (1994). The Myth of the Vaginal Orgasm. En Alison M. Jaggar. Living with
contradictions: controversies in feminist social ethics. (pp. 481-487).
Ventura, Dalia. (03 de julio de 2022). Cómo Freud creó uno de los mayores mitos sobre el
orgasmo femenino (que aún afecta a miles de parejas). BBC News Mundo. Recuperado de
https://www.bbc.com/mundo/noticias-61957247
Acerca del autor
Valeria Rocha
Psicóloga apasionada en temas sobre sexualidad y neuropsicología con perspectiva feminista. Busca poner su "granito de arena" promoviendo la salud mental y el bienestar emocional.