Psic. Valeria Rocha.

Generalmente cuando queremos pedir ayuda por haber vivido un abuso sexual, internet u otras personas, lo primero que nos recomiendan es ir a hacer una denuncia, dejando de lado otros puntos que también son importantes, como los siguientes:

Encuentra un lugar seguro.

Acércate a una persona o lugar en donde te sientas a salvo. Tu seguridad en estos momentos es primordial para llevar a cabo los siguientes pasos.

Identifica y valida tus emociones.

Sabemos que esto suena bastante complejo, sobre todo llevarlo a la práctica, ya que requiere de mucho trabajo personal, pero es de suma importancia que lo que estés sintiendo sea validado y reconocido por ti misma.

Es decir, tras haber tenido esta experiencia, es completamente normal que te sientas confundida, deprimida, con ira, con asco, con rabia, miedo, etc. Recuerda que no hay emociones positivas o negativas, las emociones nos permiten identificar que algo está pasando y que debemos actuar.

Tener una imagen en tu teléfono o impreso sobre la ruleta de emociones te permitirá hacer este ejercicio. Repetirlo varias veces en voz alta o en tu cabeza puede ayudar a lograrlo. Ej. “después de lo sucedido, es normal sentirme…”, “me siento… y eso es válido”.

No es tu culpa.

Por otro lado, tenemos otro tipo de sensaciones o sentimientos en cuanto a lo que sucedió, cómo puede ser el remordimiento o la culpa. Esto también es un fenómeno normal y común.

En una cultura patriarcal, a las mujeres nos atribuyen toda responsabilidad cuando somos violentadas, pero la culpa siempre va a ser del agresor/abusador. No hiciste nada para que esto pasara, no lo provocaste, no tomaste de más, no te descuidaste, no lo buscaste.

Identifica tus necesidades.

Tómate un momento para pensar en lo que necesitas que podría ayudarte con la situación, por ejemplo, hablar con alguien de confianza, llorar, gritar, salir a caminar. Aunque suene obvio, plantearte la pregunta literalmente “¿qué necesito?” y escribir las respuestas te puede ayudar a reconocer y cubrir esas necesidades.

Sin embargo, es importante también distinguir entre lo que puede ayudarte en este momento y lo que no, es decir, conductas que puedan ponerte en riesgo, como beber alcohol o autolesionarte, pues solo te generará mayor malestar.

Acudir a tu red de apoyo.

En caso de que hayas identificado que necesitas hablarlo con alguien de confianza, házlo. Estar acompañada por otras personas durante el proceso puede brindarte seguridad, claridad o calma, según lo requieras.

Expresarle de qué manera te gustaría que te apoyara también es clave, por ejemplo. “Gracias por escucharme, en este momento solo necesito un abrazo”, “gracias por venir, me gustaría que me ayudaras a buscar información al respecto”, “necesito hablar con una psicoterapeuta, ¿me apoyarías a buscar a alguien?”.

Alejarse del agresor.

Hay ocasiones en los que esto puede tener varios obstáculos, ya que puede ser alguien de la familia, algún compañero de trabajo o alguien con quien tengas que convivir diariamente, pero a medida de lo posible, es importante que puedas salvaguardar tu integridad física y mental alejándote de él lo más que puedas.

Tratarte con paciencia.

Este punto también puede ser bastante complejo en la práctica, pero en estos momentos de confusión, es fundamental que tú misma te trates con amabilidad, paciencia, sensibilidad y amor. Puede funcionar que te des abrazos tu sola, acariciarte, hacerte piojito, etc.

Prácticas de autocuidado (los días posterior a la crisis).

Aunque los puntos anteriores tienen que ver con esto, es fundamental que tengas otro tipo de prácticas que te brinden mayor bienestar, como alguna actividad que disfrutes y te permita sentir de manera consciente, por ejemplo, escribir, pintar, salir a caminar, así como cubrir necesidades básicas, como son comer, descansar y cuidar tu higiene personal.

Piensa en todo aquello que podría aportar a tu bienestar físico, mental y espiritual. Hacer una lista de lo que te gustaría hacer puede ayudarte a tenerlo claro y poder llevarlo a cabo.

Ahora, viene la parte crucial. ¿Debo realizar una denuncia?

Este punto puede ser conflictivo y romper con algunos protocolos sociales e institucionales, sin embargo, en estos momentos tu bienestar es lo más importante. En la mayoría de los casos, la parte legal puede ser bastante abrumadora para la víctima, la violencia y revictimización que se vive al hacer la denuncia puede perjudicar de manera importante el bienestar de la usuaria, pues esta violencia puede venir tanto del agresor, como del Estado.

Sin embargo, esto también aplica para denuncias “informales”, como sería por medio de redes sociales con las famosas “funas”.

Por otro lado, es común también escuchar de otras personas o vía internet que debemos hacerlo, incluso en algunas plataformas indican los pasos a realizar para hacerlo, como es no bañarte (de manera que se queden las pruebas intactas) y someternos a un proceso ginecológico y psicológico para poder proceder. Todos estos son factores que pueden resultar no beneficiosos para la víctima debido al largo proceso e implicaciones psicológicas que esto conlleva.

Así mismo, nos ha tocado escuchar que “al no denunciar, estás siendo parte del problema”, sin embargo, esto solo nos hace responsables (nuevamente) de la violencia que alguien más ejerció sobre nosotras, esta frase lo único que hace es revictimizar. Si alguien decide seguir violentando, no es porque denunciemos o no, por lo que es importante mencionar que si fuiste víctima de abuso sexual, no es tu responsabilidad actuar legalmente.

Lo ideal sería que te acercaras con una psicoterapeuta con perspectiva feminista, de manera que pueda orientarte mejor sobre tu caso particular y que puedas decidir si quieres proceder legalmente o no, pues esta decisión es solamente tuya, y solamente tú sabes lo que es mejor para ti.

Entendemos que es frustrante ver como nuestros agresores están por la vida como si nada hubiera pasado y sin consecuencias, pero aquí lo más importante eres tú, tu seguridad y lo que pueda ayudarte a salir adelante.

No estás sola.

Acerca del autor

Valeria Rocha
+ posts

Psicóloga apasionada en temas sobre sexualidad y neuropsicología con perspectiva feminista. Busca poner su "granito de arena" promoviendo la salud mental y el bienestar emocional.

Acerca del Autor

Valeria Rocha

Psicóloga apasionada en temas sobre sexualidad y neuropsicología con perspectiva feminista. Busca poner su "granito de arena" promoviendo la salud mental y el bienestar emocional.

Ver Artículos