Por Gabriela Carrasco.

La niña o niño interior es un concepto nacido de la terapia gestalt. Para la gestalt, la niña o niño interior es la estructura psicológica más vulnerable y sensible de nuestro “yo”. Se forma fundamentalmente a partir de las experiencias, tanto positivas como negativas, que tenemos durante los primeros años de la infancia. Dependiendo del tipo de experiencias y de cómo las interiorizamos, la niña interior puede ser una “personita” alegre, optimista y sensible o por el contrario, alguien temerosa de la vida, enfurruñada e irascible.

Con el paso del tiempo, esta niña se va escondiendo en lo más profundo de nuestro ser, pero sale a la luz en determinadas circunstancias, como por ejemplo, cuando necesitamos enfrentar un proyecto que demanda mucha imaginación o cuando revivimos un miedo que, como adultos, no debería atemorizarnos. La mayoría de las personas no se percatan de la existencia de esta niña o niño interior, pero lo cierto es que en ocasiones es ella quien determina cómo respondemos ante determinadas circunstancias.

Señales de que mi niña interna esta herida.

  • Siento desagrado hacia mi aspecto físico (me rechazo, me autocritico demasiado, me descuido).
  • Desatención hacia mi salud física y mental (Como demasiado o muy poco, duermo mucho o muy poco, me autosaboteo, olvido cosas importantes, me desconcentro con facilidad, pierdo cosas, consumo exacerbado de sustancias o fármacos).
  • Mantengo una nula capacidad de espontaneidad y un excesivo deseo de controlar todo a mi alrededor.
  • Noto que no existe mi niña interior o que no puedo conectar con esa parte de mi.
  • Reforzada autoprotección y desconfianza en los demás (no puedo estar con otras personas porque me aburren o me irritan carezco de amistades).
  • Niego mi supervivencia, vulnerabilidad y falta de poder (me siento a la defensiva todo el tiempo).
  • Tengo emociones que aparecen sin una razón aparente. (llanto incontrolable, alta sensibilidad ante problemas que no son míos).
  • Siento que guardo recuerdos o secretos que no se han podido solucionar o contar (siento que fui lastimada maltratada abusada o descuidada en mi infancia).
  • Reaccionar de forma exagerada a situaciones comunes (grito, me enojo, lloro, o pierdo el control fácilmente).
  • Deficiente relación o comunicación con otros seres queridos (Me aislo, prefiero no comunicarme o entablar un dialogo con mis amigos o familiares).
  • Incapacidad para tomar decisiones acertadas (Me equivoco con frecuencia, me limito).
  • Relaciones personales insanas o desagradables (complacer a los demás o esperar su aprobación). A veces me culpo por alcanzar mis metas u objetivos.

El primer paso es invitarte a la búsqueda y escucha de tu niña interna, si hay mucha dificultad en conectar busca una o un profesional que te guíe, recuerda que lo principal es cuidar y proteger a tu niña interior, que finalmente es parte de ti misma.

Gabriela Carrasco

Referencias:

  • Relatos y experiencias en terapia con mujeres sobrevivientes de abuso sexual. Gabriela Carrasco Psicóloga Clínica.
  • Bass E. y Davis L. (1995), El coraje de sanar guía para mujeres supervivientes abuso sexual. España. Edición URANO.

Acerca del autor

GC
Gabriela Carrasco
Psicóloga

Originaria de Ecuador, tengo estudios de 3er nivel en Psicología Clínica y terapia sistémica y de pareja, ofrezco servicios de acompañamiento e intervención psicológica integral en salud mental con enfoque de género y derechos humanos, tengo experiencia en el trabajo con mujeres, niñas y adolescentes, mi campo es la prevención en VBG y salud mental.

Acerca del Autor

Gabriela Carrasco

Originaria de Ecuador, tengo estudios de 3er nivel en Psicología Clínica y terapia sistémica y de pareja, ofrezco servicios de acompañamiento e intervención psicológica integral en salud mental con enfoque de género y derechos humanos, tengo experiencia en el trabajo con mujeres, niñas y adolescentes, mi campo es la prevención en VBG y salud mental.

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