Psic. Valeria Rocha.

La información que hemos recibido sobre nuestro ciclo menstrual tanto en instituciones educativas, familiares y medios de comunicación, han sido desde una mirada patriarcal pues aún en la actualidad existe una gran estigmatización al respecto.

El ciclo menstrual ha sido estudiado y analizado como un proceso fisiológico que permite la reproducción biológica; esto ha generado que exista escasa información sobre los factores que interactúan y generan impacto directo en la calidad de vida y la cotidianidad de las mujeres.

Blásquez y Bolaños, 2017

Somos seres biopsicosociales, así como espirituales; por lo tanto, entender funciones vitales de nuestro cuerpo como el ciclo menstrual puede llegar a ser muy complejo. Sobre todo, cuando a la vez intervienen factores culturales en torno al tema.

Evidentemente nuestro ciclo menstrual tiene un proceso fisiológico, sin embargo, poco se habla de las implicaciones psicológicas y emocionales por las que atravesamos durante el mismo; y de muchas cosas que escuchamos al respecto por lo general tienen una connotación despectiva, envuelto en mitos y juicios que repercuten de manera importante en nosotras, por ejemplo, con frases como “eres insoportable cuando estás en tus días” o “que dramática, seguro estás con la regla”, lo cual solo invalida nuestros procesos, convirtiéndolo en otro tipo de violencia hacia nosotras; en lugar de enseñarnos a escuchar, aceptar, actuar y validar nuestro proceso emocional, nos han hecho sentir culpables y nos han castigado por sentir.

Pero, ¿por qué sentimos altibajos emocionales durante nuestro ciclo menstrual?

Cabe destacar, que socialmente asociamos estados de ánimo “negativos” solamente en la fase premenstrual o ya en la menstruación en sí, sin embargo, presentamos distintos estados de ánimo, pensamientos y emociones durante cada una de las fases de nuestro ciclo gracias a las diferentes hormonas que producimos durante el mismo. Marian Del Álamo Robledo y Miriam Vitoria Losantos (2022) lo explican de la siguiente forma:

Fase menstrual (inicio de nuestro ciclo):

Durante esta fase nuestros niveles de estrógeno y progesterona disminuyen de manera significativa, provocando que nuestra energía también sea muy baja y nuestras emociones se sientan con mucha intensidad. Así como, tenemos pensamientos intrusivos o rumiativos.

Fase folicular o preovulatoria:

Al liberar FSH (hormona foliculoestimulante) y al aumento de estrógenos y testosterona, regulamos de mejor manera nuestras emociones, tenemos más energía, estamos más concentradas y nuestros pensamientos se vuelven más racionales, mejorando nuestra toma de decisiones.

Fase de ovulación:

La liberación de LH (hormona luteinizante), los altos niveles de serotonina, noradrenalina y dopamina, mejoran ampliamente nuestro rendimiento y energía, somos más productivas, las ideas y planes fluyen con rapidez, nos sentimos motivadas y con ganas de comernos el mundo.

Fase lútea:

Nuevamente suben nuestros niveles de progesterona, estrógenos y serotonina, aunque van disminuyendo con el paso de los días, así como nuestra energía hasta llegar a la menstruación. Comienzan emociones “desagradables”, la preocupación aumenta y nuestros pensamientos se vuelven intrusivos o rumiativos. Tendemos a mirar hacia adentro y a ser introspectivas.

Aunque dichas hormonas influyen de manera significativa en nuestro comportamiento y sentir, no son determinantes ni podemos atribuirlo al cien por ciento a ellas.

Recordemos que vivimos en un sistema que para algunas cosas nos quiere enfermas, y para otras situaciones nos quiere funcionales; y que dentro de esto, la percepción, las experiencias y subjetividad del ciclo de cada mujer también juegan un papel importante en nuestras emociones y conductas.

Conocer, reconocer y nombrar nuestro cuerpo y sus funciones, hace parte de la defensa de nuestra autonomía corporal como un derecho fundamental. Es por esta razón, que hablar sobre la menstruación se vuelve tan relevante, pues el conocimiento acerca de este proceso fisiológico vital, permite que tomemos mejores decisiones sobre nuestra salud.

Mota, 2019

No estás loca, no estás hormonal, ni eres histérica, ni estás exagerando. Nuestro cuerpo y nuestras emociones siempre intentan decirnos algo, pues nos motivan a la acción; aprendamos a escucharlo, a identificar nuestros procesos y a permitirnos sentir sin miedo ni culpa.

Referencias
Álamo, Marian., & Vitoria, Miriam. (2022). Mi ciclo menstrual. Una perspectiva integral:
psicología y nutrición. Anaya Multimedia.
Mota, Mariana. (2019). El tabú de la menstruación: símbolo de la represión sexual femenina.
Trabajo final de grado, Montevideo.
Rodríguez, Maribel., & Gallardo, Eva. (2017). Aportes a una antropología feminista de la
salud: el estudio del ciclo menstrual. Salud colectiva, 13, 253-265. Recuperado de
https://www.scielosp.org/article/ssm/content/raw/?resource_ssm_path=/media/assets/scol/v1
3n2/1851-8265-scol-13-02-00253.pdf

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Psicóloga apasionada en temas sobre sexualidad y neuropsicología con perspectiva feminista. Busca poner su "granito de arena" promoviendo la salud mental y el bienestar emocional.

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