Por Valeria Rocha.

Durante muchos años, en el campo de la salud mental, el término límite era utilizado cuando
no se tenía claro el diagnóstico de una persona, y que se encontraba “en medio” o en el
“límite” entre una neurosis 1 y una psicosis 2 , es decir, que las características que mostraba el
individuo no encajaban con ninguna de estas dos estructuras.

Aunque el concepto surgió a mediados del siglo pasado, el Trastorno Límite de la
Personalidad
, también conocido como borderline, no fue reconocido formalmente como un
diagnóstico hasta el DSM-III (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales)
en 1980.

Según su versión más actual, el Trastorno Límite de la Personalidad se caracteriza por ser
un “patrón dominante de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen y
de los afectos, e impulsividad intensa, que comienza en las primeras etapas de la edad
adulta y está presente en diversos contextos.
” (DSM-5, 2014, pp.663).

Son personas que presentan gran temor al abandono, al rechazo, sienten emociones con gran intensidad y las expresan de manera inadecuada, sus relaciones interpersonales son inestables y también muy intensas, existe una distorsión de la identidad propia, donde hay cambios repentinos y dramáticos en sus metas o aspiraciones profesionales, sus acciones son impulsivas, como gastar dinero de manera irresponsable, tener atracones de comida, consumir sustancias tóxicas, tener conductas de riesgo graves, autolesivas, hasta llegar al suicidio. Presentan episodios de intensa irritabilidad, ansiedad, y en momentos de estrés extremo, pueden tener ideas paranoides o síntomas disociativos.

El TLP es tan complejo que nace de la necesidad de categorizar un grupo de pacientes con inestabilidad emocional y falta de control de impulsos, que no encajan dentro de los trastornos tradicionales, por lo que es importante buscar un especialista con experiencia en intervención con pacientes borderline.

Según datos del DSM-IV-TR, el 75% de las personas con Trastorno Límite de la Personalidad son mujeres.

Pero, Dolores Mosquera Barral, Psicóloga y Psicoterapeuta, Directora de Centros de Psicología INTRA-TP, nos invita a reflexionar: ¿Será solo un sesgo de selección en la muestra?, ¿Será que las mujeres buscamos ayuda o tratamiento con más frecuencia que los hombres?, o que gracias a factores culturales, ¿La expresión de emociones está “mejor vista” en las mujeres, y los hombres tienden a disimular y reprimir el sufrimiento?

Por otra parte, de acuerdo a un informe de FEDEAFES (Federación de Euskadi de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental) en 2017, miembro de la Confederación Salud Mental España, indica que más del 40% de las mujeres con un trastorno mental grave han sido víctimas de violencia sexual. ¿Será esta misma razón por la que más mujeres han sido diagnosticadas con TLP?

Para que ocurra el Trastorno Límite de la Personalidad debe existir un componente genético, pero también contribuye el aspecto ambiental. Ciertas crisis o eventos de vida pueden ser un factor de riesgo para desarrollarlo, por ejemplo, el abuso sexual en la infancia, sobre todo si fue repetido y constante.

Ingrid Vargas Huicochea, de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Finalmente, debemos tomar en cuenta que gran parte de los estudios realizados en la ciencia han sido efectuados por hombres, que toman como muestra poblacional…a hombres también, por ello, es muy común que hayan pocos estudios realizados en mujeres. Hasta ahora, la investigación científica parte de la idea de que el modelo más idóneo para el estudio es el masculino.

En la práctica profesional, este sesgo de género plantea la pregunta de cómo la cultura afecta la condición, manifestación y lectura de la salud mental. Todo diagnóstico se sustenta en la persona observadora, que aunque se respalde de pruebas y criterios estandarizados, se trata de su opinión final como profesional la que acaba definiendo un diagnóstico.

Este artículo tiene como objetivo, además de brindar información sobre dicho trastorno, generar reflexión sobre el sesgo de género que aún existe tanto en la investigación científica, como en la praxis. De este mismo modo, crear conciencia sobre las estadísticas que nos presentan diferentes estudios, relacionarlos, y sobre todo, analizarlo con una perspectiva feminista.

Referencias.

  • García, A. (2017). Investigación sobre violencia contra las mujeres con enfermedad mental: Guìa 2017. FEDEAFES. Confederación Salud Mental España.
  • Cerezo, B. (30 de noviembre de 2018). Las instituciones nos agreden. Indágora, ESPAI de psicoterapia.
  • Raffio, V. (23 de junio de 2019). La ciencia también tiene un sesgo de género que distorsiona sus resultados. El Periódico de Catalunya S.L.U.
  • Mosqueda, D. (2016). Criterios diagnósticos del trastorno límite de la personalidad. Centros de Psicología INTRA-TP.
  • Vargas, I. (29 de octubre de 2017). Trastorno Límite de la Personalidad, más común en mujeres. Boletín informativo, UNAM.

Acerca del autor

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Psicóloga apasionada en temas sobre sexualidad y neuropsicología con perspectiva feminista. Busca poner su "granito de arena" promoviendo la salud mental y el bienestar emocional.

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