En los últimos días, el hashtag #SOSCuba se ha hecho viral en las redes sociales, ya que actualmente este país está atravesando una de sus peores crisis en la historia.

La isla vive sus mayores manifestaciones antigubernamentales desde agosto de 1994, ya que se trata de uno de los movimientos sociales más importantes de Latinoamérica en la última década, que podría significar un cambio de vida para todos los habitantes de Cuba quienes viven en una dictadura desde hace más de 50 años.

El domingo pasado, miles de ciudadanos salieron a protestar a las calles de La Habana para exigir la abolición del actual gobierno dictadora y comunista, armados con palos y piedras, pidiendo un cambio al régimen de la isla.

Todo ha iniciado cuando esta semana la provincia de Matanzas, que se ubica al este de La Habana, reportó un colapso en el sistema de salud por el aumento descontrolado de casos de COVID-19, que ya superan los 1,300 por cada 100 mil habitantes. Miles de ciudadanas y ciudadanos han denunciado la falta de medicamentos, recursos, necesidades básicas e incluso alimentos.

Tres días después de las primeras protestas registradas en las localidades de Palma Soriano y San Antonio de los Baños, y que se extendieron después a diversas ciudades de Cuba, incluida La Habana, comienzan a circular datos de cubanos que han sufrido la brutal represión del régimen. Esto, pese al bloqueo de internet ordenado por la dictadura.

El Gobierno de la isla, por su parte, asegura que todo se trata de una «campaña de descrédito» orquestada por la Comunidad Internacional, y ha desplegado una multitud de tropas por todo el malecón de La Habana. Esto para evitar confrontarse con los manifestantes en las inmediaciones de los edificios de gobierno y zona turística de la isla.

Cuba sufre una muy dura crisis. Todo escasea: alimentos, energía, etc. La caída del turismo, su principal fuente de ingresos, provocada por la pandemia es un duro golpe. A esto se suma el veto a las remesas impuesto por Donald Trump y la crisis de la economía socialista, ya grave antes de la pandemia. A lo anterior se suma el disparo de los contagios con coronavirus y la variante delta.

Berth Hoffman, para DW.

Bloqueo de redes sociales y represión.

Ante la exigencia y la digna rabia de las y los manifestantes, el lunes, Cuba pareció bloquear el acceso a algunos sitios de redes sociales, mientras que decenas de manifestantes permanecen bajo custodia y las autoridades reprimen la disidencia luego de las manifestaciones masivas más grandes en años.

La empresa privada de monitoreo de internet NetBlocks aseguró que las redes sociales y los sitios de mensajería como Facebook, Instagram, WhatsApp y Telegram se estaban interrumpiendo parcialmente en la isla comunista estrictamente controlada.

Horas antes, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel culpó a las redes sociales de avivar las llamas del descontento que estallaron en protestas de fin de semana.

El gobierno no ha dicho cuántas personas han sido detenidas, pero Cuba Decide, un grupo a favor de la democracia en la isla, publicó una lista de 57 personas que, afirmó, habían sido arrestadas o estaban desaparecidas. Entre los desaparecidos estaban José Daniel Ferrer y su hijo, ambos activistas del grupo disidente Unión Patriótica de Cuba, o UNPACU.

El domingo, miles salieron a las calles para denunciar el aumento de los precios, la falta de productos básicos y los frecuentes apagones. En raras manifestaciones públicas de ira en una isla que castiga la disidencia, hubo saqueos esporádicos y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. En un incidente, la multitud volcó un coche de policía.

El lunes, Díaz-Canel culpó de la ira al embargo comercial de Estados Unidos, que, según dijo, estaba privando a la isla de combustible y provocando cortes de energía.