Por Isela Domínguez.

Podemos dividir a los órganos sexuales femeninos en internos y externos, los internos son:
ovarios, trompas de Falopio o trompas uterinas, útero y vagina. Mientras que en externos
encontramos a la vulva que está conformada por: monte del pubis o monte de venus, labios
mayores y menores, vestíbulo, clítoris, y glándulas encargadas de la lubricación (glándulas
de Bartolino y Skene).

¿Qué es la vagina?

Es un conducto tubular de aproximadamente 8-10 cm de largo que se extiende desde el cuello del útero hasta la vulva. Además de ser lugar de salida del flujo menstrual, está formado por capas musculares muy elásticas que permiten la salida del bebé durante el parto, y la distensión de la vagina durante las relaciones sexuales.

¿Existen tamaños diferentes de vagina?

En ocasiones erróneamente se da el término vagina a la vulva por lo que muchas veces se
suele decir que existen diferentes tipos de vagina para referirse a las variaciones en la vulva
(como el tamaño y apariencia de los labios vaginales).


La vagina se trata de un conducto que llega a medir aproximadamente 8 a 10 cm de largo
en estado de reposo y que durante las relaciones sexuales puede aumentar algunos
centímetros. Aunque existen variaciones de mujer a mujer, estas diferencias suelen ser
mínimas y clínicamente no significativas.

Por lo tanto, cuando existe dispareunia (dolor al tener relaciones sexuales) no debe atribuirse al tamaño de la vagina sino a otras razones como una lubricación deficiente (por falta de estimulación), vulvodinia, vaginismo, entre otras causas.

NOTA: Existen anomalías vaginales que alteran la anatomía de la vagina, y pueden llegar a
causar dolor pélvico, dispareunia, entre otros síntomas, sin embargo, estas enfermedades
son muy raras

¿La vagina queda «abierta» después de tener relaciones sexuales?

Durante las relaciones sexuales, se liberan diversas sustancias que regulan la relajación del músculo en la vagina, esta relajación hace que la vagina aumente de tamaño, pese a esto es importante saber que, una vez terminado el acto sexual, este aumento disminuye, la vagina se acorta y se contrae regresando a su estado original.

¿Es necesario el aseo constante de la vagina o el uso de duchas vaginales?

Dentro de la vagina existen microorganismos (bacilos de Döderlein) que ayudan a mantener
la acidez vaginal (pH 4 a 4.5), y funcionan como desinfectante vaginal natural, por lo que
una correcta higiene contribuye a mantener en equilibrio a estos microorganismos, sin
embargo, debe considerarse que los lavados vaginales y el uso de jabones o limpiadores
con un pH inadecuado (neutro o alcalino) pueden alterar este balance y dejar esta zona más
vulnerable a procesos infecciosos (bacterias, hongos, virus y parásitos). Lo recomendado
es limpiar la vulva (genitales externos) durante el baño y no realizar “lavados o duchas
vaginales” puesto que la microbiota de la vagina se encarga de dicha función.

Olor o flujo vaginal.

La secreción o flujo vaginal normal generalmente es de color blanco/transparente, inodoro (aunque puede presentar olor sin embargo este no es desagradable), no suele causar molestias ni presentar algún otro síntoma.

Este flujo generalmente se compone de diversas sustancias como células, moco cervical y
secreciones del tracto genital cuya cantidad y consistencia varía de acuerdo con la fase del
ciclo menstrual en que se encuentre. Un ejemplo es que las secreciones vaginales pueden
aumentar a mitad del ciclo menstrual debido al incremento en la cantidad de moco cervical.

Este flujo es completamente normal y no quiere decir que exista alguna alteración o problema de salud. En cuanto al olor vaginal, es importante recordar que es normal que la vagina presente un olor leve, y que este también varía de acuerdo con los niveles hormonales. Sin embargo, se debe tener en cuenta que cuando el flujo es amarillento-verdoso, blanco grumoso, el olor es fétido y se acompaña de otros síntomas como prurito, se trata de un flujo anormal y probablemente se deba a alguna infección.