A lo largo del siglo XX se ha forjado en el imaginario social mexicano una fecha que es motivo de festejo: el 10 de mayo “Día de la Madre”; no obstante, poco se conoce sobre sus orígenes y menos aún sobre los personajes e instituciones involucradas en la creación de esa fecha que desde 1922 se celebra en todo el territorio mexicano.

Martha Acevedo, autora del libro titulado El diez de mayo (1982), explica que la iniciativa de dedicar un día de festejo a la madre mexicana provino del entonces director del periódico Excélsior, Rafael Alducin; quien invitó a sumarse a su campaña a personajes importantes del ámbito político y religioso, entre los que destacan el entonces secretario de Educación Pública, José Vasconcelos y el entonces arzobispo primado de México.

Sin embargo, meses antes de ser publicada tal iniciativa, existía una polémica que el mismo Excélsior promovió al denunciar que en el estado de Mérida se habían repartido unos folletos que promovían la anticoncepción. Ya que, se trataba de nada más y nada menos que del movimiento feminista de 1916 organizado principalmente por profesoras, bibliotecarias y enfermeras, entre ellas Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche, Raquel Dzib y Margaret Sanger; quienes fueron el parteaguas del movimiento feminista en todo el país.

En 1916 ellas celebraron el primer congreso feminista en Yucatán, en este se discutió por primera vez en nuestro país la maternidad elegida y se aconsejó a las mujeres evitar embarazos no deseados mediante el método anticonceptivo.

Dicho evento fue convocado por el entonces gobernador Salvador Alvarado,
simpatizante de la educación racionalista, por esta razón Acevedo refiere que
la gente en Yucatán recibió de buen agrado la repartición de dichos folletos,
pues venían organizándose en actividades colectivas impulsadas por gobiernos
progresistas (De Dios y Navarro, 2004, p. 68).

Para Acevedo (Ibíd.):
Y no es una coincidencia que, a principios del siglo XX, en Yucatán se diera un
clima social que permitió que muchas mujeres participaran en los asuntos públicos
y tuvieran manera de evitar la concepción. Esto fue posible gracias al trabajo de las
ligas feministas que Salvador Alvarado impulsó y que Felipe Carrillo Puerto apoyó
entre 1915 y 1924.

Efectivamente, Felipe Carrillo Puerto era el gobernador de Yucatán en los tiempos del reparto de los folletos anticonceptivos de Sanger, y según Acevedo, él mismo respaldaría dicha iniciativa. Por ello es que la autora atribuye a una disputa política el resultado de la campaña para festejar a la madre mexicana como respuesta reaccionaria a la mínima muestra de intención de que las mujeres tomaran las decisiones que solo a ellas compete en términos reproductivos.

Primer congreso feminista en México, convocado en Yucatán.

Seis años después, ya como gobernador Carrillo Puerto, se formó una liga de mujeres que hablaba en todo el país sobre la emancipación de la mujer y sus derechos civiles, lo que provocó la reacción de algunos medios conservadores e iniciaron una campaña contra estas propuestas «inmorales» de controlar la procreación.

Durante este periodo, según Acevedo, fue que el periódico Excélsior, la Secretaría de Educación Pública, el Arzobispado Mexicano, la Cruz Roja y las Cámaras de Comercio decidieron adoptar la celebración del Día de las Madres, que ya había sido proclamada años atrás en Estados Unidos, como una reacción al movimiento feminista que ganaba terreno en México y que fue aplastado por la propaganda a favor de la procreación. Por esta razón, es que todos los 10 de mayo el periódico Excélsior organizaba festivales para premiar a las mamás más prolíficas, las más heroicas y las más sacrificadas.

En México, el 10 de mayo se festejó por primera vez en 1911, pero fue hasta 1922 cuando esta celebración se institucionalizó, impulsada por el periodista Rafael Alducín, quien retomaba la iniciativa de Estados Unidos argumentado que en México se preocupan más por mantener los valores familiares y morales que los norteamericanos. La campaña promovía la reflexión sobre el papel de las madres y los hijos; era una invitación a mantener los valores morales y familiares como cohesión de la sociedad. Todo esto fue bien recibido por los comerciantes quienes vieron la
oportunidad de incrementar sus ventas.

La imagen de madre abnegada.

Entre la familia, la madre tendría un papel preponderante no solo como reproductora de su progenie, es decir, como la encargada de cumplir el mandato social (Tubert, Ibíd.) de ser madre, sino también como la encargada de educar a los suyos entregándose a su cuidado de manera incondicional, reproduciendo con ello los valores morales bien establecidos.

Lisette Rivera (2009, p. 61), en su análisis sobre la prensa de línea católica de principios del siglo XX, analiza cómo la mujer en su rol de esposa y madre tenía un papel importante de acuerdo “(…) a los afanes de progreso, civilización y consolidación del Estado nacional”, de manera que los
periódicos hacían eco de ello al difundir noticias y recomendaciones sobre aspectos tales como la lactancia, la crianza y educación de los hijos, los atributos de la “buena madre”, entre otros.

Ser madre o hacer de madre implica una inversión de tiempo, dinero y mucho trabajo; sin embargo, nada de lo anterior se ve reflejado en ningún momento dentro del discurso de festejo a la madre, a quien se procede a estereotipar como “la que nos amó antes de nacer”, según versa en la placa que acompañó varias décadas al monumento a la madre de la calle Sullivan en la ciudad de México, el cual, por cierto, fue construido en 1949 gracias a la iniciativa del periódico Excélsior.

Un vistazo a la historia nos permite reconocer cómo los escándalos en torno a los
métodos anticonceptivos que se produjeron a principios del siglo XX han sido
sustituidos actualmente, a principios del siglo XXI, por el escándalo en torno a la
interrupción legal del embarazo. Y parecería que la dificultad radica en ver a las
mujeres como sujetos en su propio derecho

Martha Acevedo.

El Día de las Madres en México no fue impulsado por un interés emocional, sino político y económico en busca de reprimir a las mujeres y fomentar la maternidad por «mantener los valores familiares y morales», en contra de la educación sexual y el derecho a decidir.

Referencias.

  • Gutierrez, A. (2017). EL 10DE MAYO “DÍA DE LA MADRE”EN MÉXICO O DE CÓMO IMPONER UN MODELO DE MATERNIDAD. Xihmai, (23), 45-60.