Psic. Valeria Rocha y Lic. Fernanda Cervantes.

Se aproximan fechas importantes en muchas partes del mundo, y en las que, generalmente, compartimos con nuestras familias, amistades y/o compañeras de trabajo; una época ideal para descansar y practicar distintas tradiciones y costumbres, donde el papel de la comida forma una parte fundamental para dicha convivencia.

Sin embargo, aunque lo anterior se escuche agradable y divertido, para muchas mujeres implica un reto, pues hay factores que vuelven estos meses muy complejos y conflictivos para sí mismas, uno de ellos es la alimentación, pues es común que en estas fechas consumamos una variedad de alimentos que no se consumen en otra época del año, considerados como “prohibidos”, ”calóricos” o ”malos”.

Desafortunadamente, en estas fechas es muy común que familiares o amistades opinen sobre nuestros cuerpos con la falsa creencia de que restringir la comida es sinónimo de autocuidado; todas estas ideas parten de la cultura de la dieta, donde la sociedad le impone una ideología moral a la comida, dividiendo los alimentos en “buenos” y “malos”, valorando más a aquellas personas que desde sus privilegios sí pueden acceder a los alimentos “buenos”, siendo nosotras en su mayoría víctimas de este tipo de violencia.

De acuerdo con Bojórquez, Escalante, et. al. (2013) “algunos estudios han confirmado que las mujeres son las que utilizan con mayor frecuencia la restricción alimentaria como resultado de la motivación por adelgazar derivada del malestar con la forma y el tamaño de su cuerpo”, afectando nuestro autoconcepto y autoestima, y generando pensamientos negativos y de culpabilidad alrededor de la comida.

En la actualidad, y como resultado de la evolución del contexto social, se ha planteado como necesario el tener un cuerpo sin “defectos” y extremadamente delgado, ya que esto equivaldría a tener un «cuerpo perfecto» (Amaya, Álvarez & Mancilla, 2010).

De acuerdo con lo anterior, tomemos en cuenta que hay diferentes situaciones que hoy en día están normalizadas que se esconden debajo del “autocuidado”, sin embargo, esto nos habla más de distintas conductas de riesgo que pueden detonar o mantener trastornos de la conducta alimentaria.

Algunos ejemplos son:

  • Hacer ejercicio excesivo para compensar lo que comiste en la cena navideña,
    posada o año nuevo.
  • Ayunar para ahorrar calorías y “permitirte” comer lo que quieras durante los días
    festivos.
  • “Ahorrar” tus carbohidratos para poder ingerir bebidas alcohólicas.
  • Comer menos antes y después de estos eventos.
  • Someterte a dietas estrictas antes o después de estas fechas.
  • Cocinar la “versión fit” o “saludable” de las típicas comidas navideñas.
  • No repetir cierto plato aun quedándote con hambre.
  • Pesarte antes y después de alguna cena.

Esto nos demuestra una vez más, que el patriarcado tiene maneras muy sutiles de controlarnos, obligándonos a atender a exigencias sociales e hipervigilar nuestro cuerpo, pues, de acuerdo con Venegas-Ayala & González-Ramírez (2020) “el contexto social juega un papel importante en la divulgación de cuerpos idealizados” lo cual nos impide disfrutar de distintos placeres a lo largo de nuestra vida.

Este sistema nos aleja de entender que nuestro cuerpo es la herramienta que tenemos en esta vida para conectarnos con ella, y no un instrumento para satisfacer las necesidades de los demás, pues no le debemos salud ni belleza a nadie.

Para salir vivas de estas fechas, es común que castiguemos a nuestro cuerpo por la culpa que nos causa el disfrutar de la variedad de alimentos que hay en esta temporada, perpetuando así la idea de que nuestro cuerpo es el que está mal y que somos responsables de controlarlo.

Sabiendo esto, queremos proponerte algunos tips o ideas para disfrutar de estas fechas:

Recuerda que tienes derecho a poner límites, tu comida y tu cuerpo no son de dominio público.

No participar en conversaciones donde se hablen de cuerpos ajenos.

Conecta con tus sentidos, permítete disfrutar lo que la comida te ofrece en esos momentos especiales.

Disfruta de la conexión que estas fechas te regalan con tus seres queridos.

Si te sientes identificada con esto, recuerda que no estás sola. El sistema nos hace creer que esto sucede de manera individual o personal, ya sea por no tener “fuerza de voluntad” o “autocontrol”, sin embargo, esto es un tema colectivo, y mientras más información exista al respecto y más hablemos de esto abiertamente (pues es algo que nos atraviesa a todas), podemos permitir que más mujeres vivan con libertad y disfruten de estas fechas a través de su cuerpo.

Cuestionemos los diferentes tipos de violencia que nos atraviesan como mujeres en estas fechas, retemos al sistema disfrutando de estos festejos, pues la comida no solo alimenta el cuerpo físico, sino también nuestra alma y corazón.

Mereces disfrutar de la vida, la comida, los regalos y la compañía que te rodea.

Referencias
Bojórquez, R. M. C., Escalante, M. L. Á., Sobrino, M. D. L. C. C., Arévalo, R. V., & Díaz, J.
M. M. (2008). Restricción alimentaria y conductas de riesgo de trastornos alimentarios en
estudiantes de Nutrición. Psicología y Salud, 18(2), 189-198.
Amaya, A., Álvarez, G., & Mancilla, J. (2010). Insatisfacción corporal en interacción con
autoestima, influencia de pares y dieta restrictiva: Una revisión. Revista Mexicana de
Trastornos Alimentarios, 1(1), 76-89. Recuperado de
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-15232010000100008
Secretaría de Igualdad Sustantiva. (30 de diciembre de 2021). Las mujeres podemos comer
sin culpa de… ¿Diciembre a febrero?. Gobierno de Puebla.
Venegas-Ayala, K. S., & González-Ramírez, M. T. (2020). Social influences in a model of
body dissatisfaction, weight worry and bodily discomfort in Mexican women. Acta

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Psicóloga apasionada en temas sobre sexualidad y neuropsicología con perspectiva feminista. Busca poner su "granito de arena" promoviendo la salud mental y el bienestar emocional.

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