Es común que cuando hablamos de espiritualidad pensemos casi en automático que nos referimos a la religión, sin embargo, son conceptos bastante diferentes. Para hacer un breve paréntesis, pues no es el objetivo principal de este artículo, explicaremos un poco sus diferencias: de acuerdo con Fuentes (2018)

la religiosidad se refiere a la adherencia a un conjunto de creencias y prácticas de una institución religiosa organizada, y que la espiritualidad es una dimensión que incluye cuestionamientos sobre el significado, propósito y sentido de la vida, conectividad (con los otros, la naturaleza, lo divino), búsqueda de lo trascendente, valores (por ejemplo, la justicia) pudiendo incluir o no creencias religiosas”. Una vez establecido este punto, podemos continuar.

La espiritualidad forma una esfera importante dentro de nuestra complejidad como seres humanos, además de lo biológico, social, histórico, psicológico y cultural. (Elena Alarcón, 2023). Sin embargo, recientemente ha sido tendencia hablar de energías, chakras, meditación, manifestar situaciones o personas, entre otros conceptos como el de “energía femenina” y “energía masculina”, pero, ¿a qué se refiere esto?

Los términos energía femenina y masculina tienen un origen en distintas tradiciones espirituales y filosóficas como el taoísmo (Yin Yang) y el hinduismo (Shakti y Shiva), incluso desde corrientes de pensamiento más recientes como la psicología junguiana (ánima y ánimus). En estas tradiciones, se plantea que tanto hombres como mujeres, poseemos ambos aspectos, y que el equilibrio entre estos es esencial para alcanzar la plenitud personal y espiritual. 

Como hemos mencionado en otros artículos, el análisis feminista cabe en cualquier tema, y estas propuestas no serán la excepción. Es importante cuestionar y ser críticas ante estas nuevas tendencias, sus orígenes, el impacto que pueda tener en nuestras vidas y en las de otras.

Además de que la filosofía, la espiritualidad y la religiosidad que conocemos como cultura, historia y verdad universal, desde una mirada feminista sabemos que la mayoría de estas propuestas han sido elaboradas por y para hombres, de las cuales las mujeres no salimos beneficiadas, sino todo lo contrario, bien diría Simone de Beauvoir (1949): “toda la historia de las mujeres ha sido hecha por los hombres”. En este caso, la energía masculina está asociada con atributos como la fuerza, el liderazgo, la racionalidad, la seguridad,  la lógica; mientras que la energía femenina está relacionada a la intuición, los cuidados, la sensibilidad, la emotividad, la pasividad, etc., del cual dudamos que haya sido una casualidad. 

La asociación de la energía femenina con la sumisión y la bondad no es una coincidencia, sino el resultado de construcciones sociales y culturales (atribuidos por otrOs) a lo largo de la historia. Nosotras nos preguntamos ¿quiénes son los que se benefician de estas teorías?. Estas construcciones han perpetuado roles que se nos asignan en su mayoría a las mujeres, por más “equilibrio” e “igualdad” que se busque durante los últimos años.

A lo largo del tiempo, estas características solamente han servido para mantener la subordinación de las mujeres, estableciendo jerarquías y estructuras de poder, justificando la violencia hacia nosotras. Y no solo esto, antiguamente en todas las religiones, como en el hinduismo, nacer mujer era visto como una amenaza y/o desgracia. (Maryléne Patou-Mathis, 2021). Nuestra pregunta es, ¿por qué volver tendencia las propuestas de filosofías y/o religiones misóginas?

No solo estos conceptos son graves, sino que, en esta era moderna y de redes sociales, se está fomentando la “reconexión con ambas” energías, principalmente con la idea de desafiar estereotipos y crear narrativas distintas sobre lo que podemos ser, donde nosotras también podemos ser las fuertes y valientes, sin embargo, estos discursos no son más diferentes al que tuvimos sobre los juguetes de niña y los juguetes de niño.

Es decir, si una mujer es más racional que sensible, ¿está más conectada con su energía masculina? Desde la psicología con perspectiva feminista, estamos seguras de que es un rotundo no.

Además de esto, no podemos terminar este artículo sin mencionar el gran número de cuentas o empresas espirituales que lucran con el dolor de las personas a las que les venden este discurso, pues al aprovecharse de su desesperación por encontrar respuestas, pueden perjudicarlas respecto a sus procesos psicoemocionales, como el autoconocimiento y autocuidado, generando mayor confusión y vulnerabilidad en ellas.

Es preocupante cómo estas filosofías (o como diría una gran profesora y colega “falosofía”) y propuestas espirituales tienen un auge tan grande, el cual afecta no solo individualmente, sino también en la colectividad. Debemos ser muy cuidadosas con lo que consumimos, reflexionar y cuestionar sobre nuestras creencias, y tal vez con esto, generar nuevas propuestas, o simplemente, retomar las de nuestras ancestras. 

Referencias

Beauvoir, Simone. (1949). El segundo sexo. Penguin Random House Grupo Editorial SA de CV; 1ra edición.

Cervera, J. A. (2020). El concepto del Tao en la filosofía china. La Palabra y el Hombre. Revista de la Universidad Veracruzana Número 54, octubre-diciembre 2020, pp. 45-48. Recuperado de https://lapalabrayelhombre.uv.mx/index.php/palabrahombre/article/view/3235

Haule, J. R. (2020). Anima and Animus. In: Leeming, D.A. (eds) Encyclopedia of Psychology and Religion. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-030-24348-7_30

Fuentes, L. C. (2018). La Religiosidad y la Espiritualidad

¿Son conceptos teóricos independientes?. Revista de Psicología. Año 2018. Vol. 14, Nº 28, pp. 109-119. Recuperado de https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/8870/1/religiosidad-espiritualidad-conceptos.pdf

Patou-Mathis, Maryléne. (2021). El hombre prehistórico es también una mujer. Penguin Random House Grupo Editorial SA de CV; 1ra edición.

Acerca del autor

Valeria Rocha
+ posts

Psicóloga y Terapeuta de Esquemas con experiencia en la práctica clínica, educativa y social, especializada en bienestar integral de las mujeres desde una mirada feminista. He impartido cursos de sexualidad y gestión emocional en México y Santiago de Chile. Articulista y tallerista en Entérate Mujer. Actualmente acompaño a mujeres en sus procesos de crecimiento y sanación a través de consultas virtuales.

Acerca del Autor

Valeria Rocha

Psicóloga y Terapeuta de Esquemas con experiencia en la práctica clínica, educativa y social, especializada en bienestar integral de las mujeres desde una mirada feminista. He impartido cursos de sexualidad y gestión emocional en México y Santiago de Chile. Articulista y tallerista en Entérate Mujer. Actualmente acompaño a mujeres en sus procesos de crecimiento y sanación a través de consultas virtuales.

Ver Artículos